La casa de Martín y Melina, está ubicada en el ejido urbano de la ciudad de Santa Fe. Se caracteriza por ser una vivienda que creció por capas hacia el patio de fondo, dando como resultado, espacios con usos principales (estar, comedor) ocupando un lugar central en la distribución de la misma, pero sin iluminación y ventilación natural, ni relación directa con el patio.
En el contexto de confinamiento que nos tocó vivir en el 2020, el uso de estos espacios se vio intensificado, denotando aún más la necesidad de otorgarles mejor calidad de vida a los ámbitos comunes, y al mismo tiempo poder generar nuevos espacios de encuentro, de trabajo, de juego, aumentar la cantidad de dormitorios y la posibilidad de ampliar las dimensiones del patio principal y al mismo tiempo integrarlo a los interiores más sociales de la vivienda.
Volumetría de la vivienda existente en la que se pueden observar los ambientes principales aislados del exterior.
Preexistencia: Comedor sin luz y ventilación natural, utilizado también para trabajar. Sin conexión con el patio
Preexistencia: El estar, al igual que el comedor, se encontraba sin luz ni ventilación natural directa. Este espacio, además, se disponía como el sector de juego de los niños.
Preexistencia: El patio, aislado, sin relación con los espacios principales interiores.
Preexistencia: La cocina, anteponiéndose a la conexión directa del estar comedor con el patio.
Luego de varias charlas con los propietarios, visitas y relevamiento del lugar concluimos en las siguientes premisas:
Plantas en perspectiva de la propuesta.
El programa propuesto se compone de:
En planta baja: Hall de acceso con escalera hacia la planta alta, Garaje con guardado, Estar, Comedor en doble altura, Cocina, Baño, Dormitorio ppal, Oficina/Dormitorio de Huéspedes, Galería con asador, Toilette, Lavadero, Patio con guardados y Pileta
En planta alta: Dormitorio, Playroom vidriado (adaptación a dormitorio en caso de necesitarse) y Baño.
La vivienda existente contaba con varias ampliaciones y su fachada reflejaba esa periodicidad como una fragmentación, más que como una composición formal totalizadora. Por esta razón la ampliación fue una oportunidad para jerarquizar e integrar ambos lenguajes constructivos e integrarlos en una imagen más armónica.
Antes: La familia ingresaba usualmente a la vivienda por la cochera para evitar el acceso principal, menos franco, que consistía en una reja al frente y una puerta retirada. Después: La ampliación del zaguán permitió el desarrollo óptimo de la escalera y el avance de una única puerta de ingreso principal hacia la línea de fachada, la cual se integra con la carpintería del portón. Se incorporaron aberturas que permitieran el ingreso de luz del norte.
Antes: La cochera y el zaguán de ingreso bloqueaban el paso de luz del norte hacia el estar comedor. Después: Los nuevos ventanales del playroom, orientados hacia la fachada, reciben el mejor asoleamiento de la casa y lo transmiten hacia el comedor mediante la apertura del zaguán y la integración de ambos niveles.
Un punto determinante de la intervención era integrar los ambientes de mayor uso de la casa con el patio, sabíamos que este cambio era fundamental para lograr optimizar la calidad de vida de estos espacios. Para resolver el problema, encontrábamos dos caminos posibles; el primero era incorporar un patio de luz en reemplazo de alguno de los ambientes centrales y abrir e integrar la cocina con el comedor, pero este camino no resolvía el vínculo jerarquizado del comedor con el patio principal. Optamos por la segunda opción, que consistía en quitar alguna de las capas de la vivienda para acercar el patio, y con él, el ingreso de luz y ventilación al estar y comedor.
Analizadas estas alternativas con la familia, la decisión era contundente, consistía en mover de lugar la cocina hacía un cuarto poco usado y mal articulado de la casa, pero que tiene una ubicación privilegiada hacia el patio y el sector de asador; y en su reemplazo localizar allí una galería semicubierta que articule de forma clara y estrecha la relación del comedor con el patio. Esta operación de sustracción otorgaría mayor amplitud a la percepción del patio, ganando mayores dimensiones y nuevos usos al aire libre.
La galería, el vínculo entre los interiores de la casa y el patio.
Antes: El comedor, con poca iluminación y ventilación natural, como espacio de trabajo. Después: Apertura hacia la galería, en conexión directa con el patio e iluminado desde el norte y con ventilación cruzada.
Por otra parte, teníamos claro que, si la casa debía crecer, lo haría sobre una losa existente en planta alta y que esta ampliación debía ser una oportunidad para ganar la orientación norte y la ventilación cruzada para el sector del comedor. Esto se logró generando una doble altura que integra el comedor con el playroom de planta alta y abrir aberturas que permitieran que la luz norte ingresara al corazón de la casa.
Antes: La construcción existente contaba con una losa sobre la cochera, estar y lavadero. Así mismo el zaguán de la casa era grande para ser un pasillo y angosto para ser un lugar de estar. Después: Se ubicó una escalera en el zaguán y se amplió la altura del comedor para establecer un vínculo entre este espacio y el playroom en planta alta. De esta forma el comedor gana amplitud, y asoleamiento norte junto a una ventilación cruzada hacia el patio.
El programa requerido para la planta alta consistía en dos dormitorios amplios y un baño. Se trata de una necesidad a futuro para dos niños pequeños. La propuesta fue diseñar dos dormitorios, pero aprovechar uno como sector de playroom, de forma tal que pueda ser utilizado como espacio recreativo de los niños en planta alta, pero a la vista de los padres, a partir de una doble altura sobre el comedor. Este espacio podría cerrarse y convertirse en el segundo dormitorio en el caso de requerirlo, pero en una primera instancia auspiciaría de segundo estar, ampliando las dimensiones del que hoy tienen y descomprimiendo las actividades de los niños sin perder la relación visual desde los espacios sociales de la casa.
Las casas suelen colapsar con la llegada de los hijos, quienes conquistan todos los rincones y cuando son pequeños uno no quiere perderlos de vista. Un espacio comodín puede ser una solución, en la justa medida en que se separe y al mismo tiempo se integre con los espacios comunes de la vivienda. En este caso el cambio de nivel y la doble altura contribuyeron con estos propósitos.
El dormitorio de los niños, en planta baja, se reemplaza por un sector de trabajo y estudio para los padres, cediendo m2 para mayor amplitud de la galería, baño de servicio y guardado hacia el patio.
Antes: Se trataba de un dormitorio ampliado con falta de calibre en sus proporciones. Después: Se transforma en un espacio de trabajo y estudio, en estrecha relación con el dormitorio principal y vinculación directa con el patio y la pileta.
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